Alex Borges, un joven de 19 años con una sólida base en diseño gráfico, ha encontrado su pasión en el arte del tatuaje. Desde pequeño, Alex ha estado inmerso en el mundo del dibujo y la pintura, lo que le ha permitido desarrollar un ojo crítico para la estética y los detalles. Su transición al tatuaje, que comenzó hace apenas 10 meses, se ha visto enriquecida por sus conocimientos en diseño, lo que le permite crear obras que son tanto técnicas como artísticamente impactantes.
Además de su carrera en el tatuaje, Alex también compite y enseña a andar en longboard (Es un deporte que surgió en los años 1960-1980 y consiste en bailar sobre una tabla de skate dando pasos hacia delante y hacia atrás), una actividad que refleja su amor por la creatividad y el movimiento. Esta combinación de disciplinas ha forjado en él un estilo único, que se manifiesta en sus tatuajes neotribales, dirigidos principalmente a un público alternativo. La capacidad de conectar con sus clientes a través de sus diseños personalizados ha sido clave en su corta pero prometedora carrera.
Recientemente, Alex participó en la convención de tatuajes de Ciudad del Plata, un evento que representa un hito importante para los artistas emergentes. A pesar de los desafíos logísticos y el nerviosismo natural que conlleva competir en un ambiente tan competitivo, logró presentar su trabajo en la categoría principiante, obteniendo el tercer lugar con un diseño que le tomó 11 horas completar. Esta experiencia no solo validó su dedicación y esfuerzo, sino que también le abrió puertas en el mundo del tatuaje, permitiéndole seguir creciendo y explorando su creatividad.
ENTREVISTA
¿Cómo llegaste al mundo del tatuaje y qué experiencia tuviste en la convención de Ciudad del Plata?
«Entré al mundo del tatuaje porque siempre me ha gustado, y mi meta es poder vivir de hacer arte. Dentro de las ramas del arte, el tatuaje es una de las más rentables. No es que esté motivado solo por el dinero, pero creo que es más fácil vivir como tatuador que como pintor de cuadros o músico. En el tatuaje, el rédito es instantáneo: hago un tatuaje y me pagan.
Es un sentimiento feo querer hacer música y no tener un instrumento, o querer pintar al óleo y no tener ni para los pinceles. Eso me llevó a enfocarme en el tatuaje como una forma de expresarme y, al mismo tiempo, asegurarme un ingreso.
Participar en la Convención de Ciudad del Plata, organizada por Jonathan Figueroa, fue una experiencia increíble. Mi estilo es neotribal, que es menos común y atrae a personas alternativas. Cuando vi la oportunidad de participar, no dudé en confirmar mi asistencia.
Preparé con mucha dedicación lo que iba a exhibir en mi stand y el diseño que quería presentar. A pesar de las dificultades para llegar a tiempo, todo salió muy bien. Decidí competir en la categoría principiante, que tiene la condición de no haber tatuado durante más de dos años ni en ninguna convención previa.
El diseño que llevé fue un tatuaje de una pierna entera, y me tomó alrededor de 11 horas completarlo. Al final, gané el tercer puesto, lo cual fue un gran logro para mí y me motivó aún más a seguir en este camino.»
¿Con quién aprendiste a tatuar y qué opinó tu familia cuando le planteaste la idea?
«No me enseñó nadie a tatuar. He ido aprendiendo solo, apoyándome en videos de YouTube. Es cierto que hay gente que no se va a tatuar si no tienes cursos, pero creo que son solo otro medio de aprendizaje, no el único camino.
En cuanto a la sanidad, el sentido común es clave. Sin embargo, hay aspectos específicos que hay que aprender, como la importancia de comprar tinta de calidad y tatuar siempre con guantes descartables nuevos. Una aguja no se usa con otras personas; eso es fundamental. Además, es crucial tatuar en ambientes limpios. Si algo se cae al piso, se tira y se reemplaza por uno nuevo, por ejemplo.
Respecto a mi familia, al principio hubo dudas. No estaban seguros de que este fuera un camino viable, pero con el tiempo han visto mi compromiso y los resultados, y han empezado a apoyarme más. Estoy agradecido por eso, ya que el respaldo familiar es importante en cualquier proyecto artístico.»
¿Crees que las personas que tienen tatuajes son discriminadas?
«Sí, las personas tatuadas aún son discriminadas, aunque cada vez menos. Todavía hay gente que no les gusta o que los aborrecen. El simple hecho de buscar trabajo puede ser una odisea para las personas tatuadas. Es cierto que cada persona es un mundo, y no es lo mismo tener un tatuaje pequeño que no tener ni un centímetro de piel sin tinta.
Sin embargo, suele pasar que la gente muy tatuada a menudo es emprendedora o artista, lo que también refleja una forma de ser y pensar diferente. La sociedad está cambiando, pero aún queda camino por recorrer para que la aceptación sea total.»
¿Qué consejo le darías a alguien que quiera comenzar en el mundo del tatuaje?
«No soy nadie para dar consejos, pero si alguien quisiera empezar a tatuar, le diría que lo haga, sin importar qué. Lo primero es aprender y lo segundo es confiar en que va a salir bien.
Si no pueden comprar una máquina, lo cual puede no estar al alcance de todos, siempre pueden empezar con la técnica de handpoke (Una técnica para tatuar sin máquina) .Las agujas de varilla esterilizadas que usamos salen por menos de 10 pesos, lo que las hace accesibles.
En lo que sí no se puede escatimar es en la tinta; siempre compren en un lugar de insumos, ya que vendrá sellada y garantizará la calidad. Por último, les diría que no se rindan. La perseverancia es clave en este camino.»
Nota: Rodrigo Mesías